Antes de que usted arroje a la basura esas verduras poco frescas y los sobrantes de comida poco apetecibles, tome en cuenta lo siguiente: Cada año, aproximadamente 19 por ciento de todos los alimentos producidos a nivel mundial se desecha. En Estados Unidos, ¡esta cifra aumenta entre un 30 y un 40 por ciento!
El desperdicio de alimentos malgasta el agua, la energía, la tierra y la mano de obra utilizadas para producir, procesar y transportar esos ingredientes, y además es un factor muy determinante que contribuye también al cambio climático. Al descomponerse en un vertedero, los alimentos generan metano, un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el dióxido de carbono. Eso significa que todo nuestro desperdicio colectivo de alimentos genera aproximadamente el 10 por ciento de las emisiones globales.
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Afortunadamente, la solución está en nuestras manos. A continuación se ofrecen cinco maneras sencillas de reducir el desperdicio de alimentos y de proteger la naturaleza.
1. Planifique con anticipación para generar menos residuos
Antes de dirigirse al supermercado, haga un inventario de lo que ya tiene en casa. Planifique su menú semanal, incluyendo ingredientes versátiles, por ejemplo, utilice hoy la mitad de esa piña con certificado Rainforest Alliance en un curry picante y mañana prepare el resto de la piña a la parrilla para acompañar un helado de coco. Cuando coma fuera de casa, tome en cuenta lo que usted realmente puede comer o planifique llevarse las sobras a casa en un recipiente reutilizable.
Consejo adicional: La reducción del desperdicio de alimentos ahorra en promedio US$370 por persona al año. Eso beneficia tanto al planeta como a su bolsillo.
2. Las fechas relativas a “consúmase preferentemente antes de” no significan lo que usted cree que ellas quieren decir
La verificación de las fechas de vencimiento, antes de realizar la compra le dará a usted más tiempo para consumir esos alimentos, ayudando así a reducir la cantidad de desperdicio que genera. Pero recuerde, las fechas de “consúmase preferentemente antes de” no indican seguridad alimentaria; sino que señalan el tiempo de máxima calidad del producto. (Sin embargo, si la fecha de “consúmase antes de” ha pasado, proceda con mayor precaución.) Y no ignore aquellas frutas y verduras ligeramente magulladas o con una forma irregular. Su apariencia no será un problema si usted las utiliza para preparar una sopa o un pastel, y las tiendas suelen ofrecerlas a un precio más bajo que productos de la misma naturaleza pero que están en perfecto estado.
3. El congelador es su mejor aliado
Comprar alimentos congelados o congelar ingredientes frescos en casa le permite a usted utilizar solo lo que necesita y conservar el resto. ¿Se excedió usted un poco con las compras en el mercado de productos agrícolas? Usted puede lavar y colocar muchos vegetales en agua hirviendo durante uno o dos minutos, sumergirlos luego en un baño de hielo, escurrirlos, extenderlos en una bandeja para hornear y meterlos en el congelador. Una vez congelados, colóquelos en una bolsa reutilizable, en la que podrán permanecer hasta que usted vaya a preparar su próximo platillo. El mismo proceso funciona con la mayoría de las frutas, con excepción del hervido y la inmersión en agua fría.
4. La creatividad en la cocina puede reducir el desperdicio de alimentos

Dele a sus sobrantes y restos de comida una nueva oportunidad de ser aprovechados. ¿Están poco frescos los pepinos? Córtelos en rodajas y prepare con ellos un encurtido con sal, vinagre y un poco de chile certificado Rainforest Alliance. Hierva esas zanahorias, tallos de apio y cebollas que ya no están muy frescas junto con los huesos de un pollo rostizado entero para preparar un excelente caldo, o prescinda de los huesos si prefiere un caldo de vegetales. ¿Y qué hacer con esos bananos certificados Rainforest Alliance que están ya muy maduros? Prepare con ellos unos pastelitos o mézclelos con la leche de su preferencia para obtener un delicioso batido. Dele a las hojas verdes y ensaladas sobrantes una segunda oportunidad salteándolas con arroz, ajo, salsa de soya y huevo o tofu. ¿A quién no le gusta una buena historia de segundas oportunidades?
5. Oro negro en su taza y en su jardín
La taza de café certificado Rainforest Alliance que le dio energía esta mañana puede realizar una magia similar en su jardín o parque local. Composte la broza del café que preparó junto con otros materiales orgánicos, como cáscaras de banano, hojas y cáscaras de naranja, y los transformará en “oro negro”, un fertilizante natural que enriquece el suelo y reduce la necesidad de riego. Más del 30 por ciento de la basura en Estados Unidos podría haber sido compostado, evitando que terminara en los vertederos y reduciendo, al mismo tiempo, las emisiones de gases de efecto invernadero.
Los agricultores del mundo trabajan duro para cultivar nuestros alimentos. Honremos ese esfuerzo evitando el desperdicio de alimentos.




