La verdad sobre algunos de los productos que se comercializan con mayor frecuencia en el mundo (café, chocolate, té, bananos, aceite de palma y productos de madera) es que su producción a menudo implica abusos contra los derechos humanos. El trabajo infantil, el trabajo forzoso, las malas condiciones de trabajo, la desigualdad de género y la violación de los derechos territoriales de los indígenas están integrados en muchas de estas cadenas de suministro por complejas razones históricas, políticas y económicas.
Sin embargo, el bienestar de los agricultores y los trabajadores es una pieza fundamental para la sostenibilidad a largo plazo de cualquier negocio, por no mencionar el suministro mundial de alimentos. Por este motivo, abordar los abusos de los derechos humanos en la agricultura y la silvicultura es un enfoque clave de nuestro trabajo para que las empresas responsables se conviertan en la nueva normalidad. Obviamente, una organización sin ánimo de lucro no puede efectuar la transformación general de todo un sector o resolver problemas generalizados y arraigados por sí sola. Por esta razón, Rainforest Alliance reúne a productores, empresas, gobiernos, organizaciones de la sociedad civil y consumidores para colaborar en el cambio sistémico. Trabajamos nivel macro para promover prácticas empresariales responsables y políticas gubernamentales y dentro de nuestro propio sistema de certificación e iniciativas de desarrollo sostenible para promover los derechos humanos en los paisajes de producción en los que trabajamos.
Estos son los principales retos a los que Rainforest Alliance se enfrenta con su trabajo en materia de derechos humanos.
Trabajo infantil
160 millones de niños en todo el mundo son víctimas del trabajo infantil; esta cantidad supera la suma de las poblaciones del Reino Unido y Alemania. La mayoría de estos niños, un 70 por ciento, trabajan en el sector agrícola.
La definición de trabajo infantil incluye toda tarea considerada peligrosa y que interfiera con la educación o el desarrollo general de un menor. Si la edad de un niño supera la edad escolar (esta difiere de un país a otro), podrá realizar trabajos no peligrosos, pero no durante más de 40 horas a la semana. (Es importante recordar que el trabajo ligero, seguro y apropiado para la edad en una finca o negocio familiar es distinto del trabajo infantil; las tareas en esta categoría conforman una parte importante del aprendizaje del negocio familiar, siempre que no interfieran con la escolarización de los menores).
El bienestar de agricultores y trabajadores es fundamental para la sostenibilidad a largo plazo de cualquier negocio, sin mencionar el suministro mundial de alimentos.
Abordar este problema es urgente, pero complicado. Nuestros muchos años de experiencia han demostrado que una prohibición total del trabajo infantil, por ejemplo, una que, de incumplirse, conduzca a la descertificación inmediata, resulta ineficaz. De hecho, un enfoque tan punitivo traslada los abusos al plano de la clandestinidad, provocando que sean más difíciles de detectar para los auditores y perpetuando así el problema. En respuesta a estos desafíos, Rainforest Alliance ha pasado a un enfoque de “evaluar y abordar”. Este enfoque se centra en la prevención, participación, mejora y en incentivar a los propietarios de las fincas para que aborden el trabajo infantil, en lugar de ocultarlo. Los agricultores y grupos de agricultores en nuestro programa de certificación deben cumplir con el requisito de realizar evaluaciones de riesgos. implementar actividades de mitigación ante cualquier riesgo que identifiquen y monitorear cuán efectivas son estas actividades de mitigación. Igualmente, deben identificar casos de trabajo infantil y remediarlos. Ellos cuentan con acceso a capacitaciones para aprender a configurar e implementar esos sistemas.
Este enfoque de evaluar y abordar se ajusta a los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos y las Directrices de la OCDE para Empresas Multinacionales.
Abordar el tema del trabajo infantil en conjunto con productores a través de nuestro programa de certificación solo es una de las rutas que hemos adoptado para llegar a tener fincas libres de trabajo infantil. Nuestras rutas incluyen también la concientización de la comunidad, trabajar con los profesores para mantener a los niños y niñas en la escuela, invertir en las mujeres, ejercer influencia sobre las acciones del gobierno y asociarse con las empresas.
Las razones que subyacen al persistente y espinoso problema del trabajo infantil en las cadenas de suministro agrícolas, especialmente del cacao, son complejas. En muchos países, las causas son la falta de protección social y la debilidad del estado de derecho. También contribuyen la informalidad en materia de empleo (trabajo sin contrato ni protección, lo que conduce a la falta de seguridad laboral, baja por enfermedad o vacaciones) y la discriminación que sufren los grupos más marginados (como las mujeres). No obstante, la pobreza extrema desempeña un importante papel, constituyendo así una de las razones por las que Rainforest Alliance se ha mantenido centrado en la mejora de los medios de vida rurales. El aumento de los ingresos contribuyen al bienestar de los trabajadores agrícolas, los productores y sus familias, reduciendo la necesidad de recurrir al trabajo infantil para llegar a fin de mes.
Trabajo forzoso
Algunas categorías de trabajadores agrícolas, como los migrantes y las personas de grupos sociales históricamente marginados, son especialmente vulnerables al trabajo forzoso. Las características distintivas del trabajo forzoso incluyen la labores no remuneradas o extremadamente mal pagadas, los cambios en las condiciones laborales sin el consentimiento del trabajador, el confinamiento en el lugar de trabajo, la violencia física y sexual o las amenazas, la retención de documentos de identidad para evitar que los trabajadores abandonen la empresa y la servidumbre por deudas.
Al igual que en el caso del trabajo infantil, el trabajo forzoso se enfrenta mejor mediante un enfoque de evaluar y abordar, dado que una prohibición total, castigada con la descertificación inmediata, suele conllevar que los propietarios de las fincas oculten los incidentes de trabajo forzoso, en lugar de participar activamente en su reparación. La descertificación inmediata puede dañar a las víctimas, dejándolas sin trabajo y, en algunos casos, sin un lugar donde vivir y sin recursos para encontrar otro trabajo. A menos que la situación implique abusos atroces, Rainforest Alliance ha comprobado que el enfoque más efectivo consiste en ofrecer a la finca la oportunidad de compensar a la víctima y mejorar sus sistemas de prevención y mitigación.
Las condiciones laborales
Las condiciones de trabajo peligrosas y deficientes también suponen un riesgo para el bienestar de los trabajadores. Nuestros estándares incluyen protecciones como el acceso al agua potable, un saneamiento adecuado y atención médica, baja por maternidad, y el derecho a la libertad de asociación y negociación colectiva.
En las fincas certificadas Rainforest Alliance, los empleadores deben cumplir con los salarios mínimos legales y demostrar avances hacia el pago de un salario digno.

Los productos agroquímicos pueden representar un riesgo para la salud de los trabajadores y, por lo tanto, cuando se precisa su uso (no se permiten los más peligrosos y los métodos manuales o biológicos son la primera línea de defensa de nuestros programas agrícolas), los trabajadores deben recibir capacitación para saber manipular estas sustancias y deben usar el equipo de protección personal adecuado. Un estudio de 2019 de la Universidad de Wageningen comparó 13 fincas de banano certificadas por Rainforest Alliance con 16 no certificadas en Colombia. Los trabajadores de las fincas certificadas tenían más probabilidades de usar todo el equipo de protección personal. También detectaron que todas las fincas certificadas encuestadas tenían un profesional de salud ocupacional designado, en comparación con solo el 19 por ciento de las no certificadas.
Al igual que sucede con el trabajo infantil y el trabajo forzoso, las malas condiciones laborales derivan de una amplia variedad de factores, pero la pobreza es clave. En ocasiones, los trabajadores no pueden permitirse rechazar incluso los peores trabajos; un trabajador puede aceptar una oferta laboral en un lugar lejano, para descubrir después que el pago o las condiciones no son las prometidas. Sin embargo, el trabajador se encuentra estancado y no dispone de medios para asegurarse el transporte. En las fincas certificadas, los empleadores deben ofrecer los salarios mínimos legales y demostrar avances hacia el pago de un salario digno: el dinero que necesita un hogar para cubrir los gastos básicos, como vivienda y víveres, y reservar un poco para emergencias (la cantidad varía según la ubicación específica de la familia).
La Global Living Wage Coalition, que Rainforest Alliance cofundó y copreside, trabaja para determinar el salario digno de los trabajadores, dependiendo del sector y su ubicación.
Dicho esto, muchos propietarios de fincas tienen un margen de beneficio tan pequeño que no pueden permitirse ofrecer a sus trabajadores un salario digno. Esta es una de las razones por las que Rainforest Alliance colabora con empresas, gobiernos y otras ONG para aumentar la demanda de cultivos certificados, mientras que simultáneamente se esfuerza para lograr mayores ingresos para los productores que invierten tiempo y trabajo en mejorar la sostenibilidad de sus fincas. La carga que supone proporcionar un ingreso vital digno a los agricultores y de ofrecer a los trabajadores un salario digno debe ser compartida por toda la cadena de suministro.
Igualdad de género
Las mujeres representan, en promedio, el 43 por ciento de la fuerza laboral agrícola en los países en vías de desarrollo. Sin embargo, a menudo se sitúan al margen de los recursos, los programas de capacitación y las oportunidades existentes. En algunos países, ellas no pueden poseer propiedades ni participar en la toma de decisiones comunitarias y locales. Incluso en las fincas más grandes, a menudo las trabajadoras agrícolas carecen del derecho a la licencia de maternidad, cuidado de niños e igualdad de oportunidades para avanzar. Además, las mujeres pueden enfrentar casos de violencia de género y acoso sexual a manos de sus superiores u otros trabajadores. Al mismo tiempo, realizan la gran mayoría del trabajo no remunerado fuera de sus puestos de trabajo, como el cuidado de niños, la preparación de alimentos y otras tareas domésticas.
Sin embargo, la igualdad de género tiene el potencial de beneficiar a comunidades enteras. Cuando las agricultoras disfrutan del mismo acceso a los recursos, la educación, la financiación y los derechos sobre la tierra, son capaces de aumentar el rendimiento agrícola entre un 20 y un 30 por ciento. Dado que se prevé que la población mundial alcance los 9 800 millones de personas en 2050, mejorar la igualdad de las mujeres en el sector agrícola resulta fundamental para alcanzar la seguridad alimentaria. Además, los estudios demuestran que las mujeres son más propensas que los hombres a invertir sus ingresos en alimentos, ropa, educación y artículos relacionados con la salud para sus familias. De hecho, las mujeres destinan el 90 por ciento de sus ingresos a sus familias inmediatas y, cuando son propietarias de sus bienes, tienen más poder sobre la toma de decisiones en el hogar, la seguridad alimentaria aumenta y las perspectivas mejoran notablemente para sus hijos y generaciones futuras, según el Foro Económico Mundial.

Durante años, Rainforest Alliance ha colaborado con productores y muchas otras partes interesadas con el objetivo común de mejorar la igualdad de género mediante la certificación, la capacitación y la promoción. Nuestro programa de certificación actual exige igual salario por igual trabajo y aborda los temas de la discriminación y el acoso sexual. Aquí, también, el programa aplica un enfoque de evaluar y abordar, que requiere que las fincas y los grupos de productores designen a un encargado o comité como responsable de combatir la discriminación de género, la violencia sexual y el acoso. También facilita a fincas y empresas herramientas para comprender las brechas de género y problemáticas en sus operaciones y cómo abordarlas.
Igualmente, promovemos y cuantificamos la participación de las mujeres en nuestros programas de capacitación para agricultores, que proporcionan instrucciones concretas sobre las buenas prácticas agrícolas, métodos climáticamente inteligentes, educación financiera y mucho más. La participación de las mujeres en actividades generadoras de ingresos es igual de importante en nuestro trabajo con las comunidades forestales. Apoyar y fortalecer los negocios sostenibles, dirigidos por mujeres, constituye una parte fundamental de nuestras iniciativas forestales comunitarias en Guatemala y México.
Influir y colaborar entre las partes interesadas también desempeñan un papel importante en nuestros esfuerzos por promover la igualdad de género. A través de nuestro Programa de Asociación Sectorial, hemos respaldado a organizaciones locales en nueve países donde se produce cacao, café y té para abogar por la adopción de cambios en las políticas y programas que pueden lograr que estos sectores sean más sostenibles e inclusivos para los pequeños productores, especialmente las mujeres. En Indonesia, por ejemplo, hemos respaldado a una organización local llamada Fundación Kalimajari en sus esfuerzos por facilitar programas gubernamentales dirigidos a las mujeres productoras de cacao. Como resultado, el gobierno asignó un presupuesto para brindar capacitación a las mujeres agricultoras.
Rainforest Alliance reconoce que para avanzar en materia de igualdad de género en los sectores en los que trabajamos, debemos aumentar la concienciación, los conocimientos y las habilidades relacionadas con la igualdad de género en nuestra propia organización. Nos centramos en garantizar que nuestro personal, desde los equipos de campo hasta el equipo de liderazgo, posean los conocimientos, la comprensión y las herramientas necesarias para promover la igualdad de género entre sus colegas y con las partes interesadas externas.
Derechos territoriales indígenas y locales
Desde su fundación en 1987, Rainforest Alliance ha luchado para defender los derechos sobre la tierra de los pueblos indígenas, que gestionan el 35 por ciento de los bosques intactos del mundo (y lo hacen con más éxito que los gobiernos y con una fracción del presupuesto, según revelan los estudios), y de las comunidades rurales locales. El primer estándar forestal, establecido en 1989 por el Forest Stewardship Council (FSC, cofundado por Rainforest Alliance), exigía que la tenencia de la tierra fuera clara, y a día de hoy, una operación forestal con reclamos o conflictos de tierras pendientes no puede obtener la Certificación FSC. Desde aquellos primeros días, hemos observado una tendencia en los gobiernos de todo el mundo a devolver los derechos sobre la tierra a la población local, una tendencia reforzada por el éxito sin precedentes de nuestro trabajo con las comunidades forestales de la Reserva de la Biosfera Maya (RBM) de Guatemala. Nuestras comunidades asociadas obtuvieron los derechos sobre la tierra y construyeron con éxito economías forestales sostenibles y prósperas basadas en la gestión rigurosa de la explotación de productos forestales maderables y no maderables, lo que resultó en una asombrosa tasa de deforestación próxima a cero en estas concesiones.
Sin embargo, a pesar de esta tendencia mundial, los derechos territoriales de la población indígena y local continúan viéndose atacados en muchas regiones del mundo. Rainforest Alliance colabora con comunidades indígenas desde la Amazonía hasta Indonesia para impulsar economías locales fuertes, arraigadas en los valores y tradiciones indígenas, y vinculadas al mercado mundial. Las economías locales prósperas permiten a las comunidades resistir mejor las amenazas que sufren su forma de vida y la salud de sus tierras.
Promover y proteger los derechos humanos: se necesita una alianza
La mayoría de los abusos contra los derechos humanos en las cadenas de suministro agrícolas y forestales tienen su origen en los problemas sociales, políticos y económicos de una región o país concreto. Los gobiernos, las empresas, los comerciantes, los productores y las comunidades forestales deben compartir la responsabilidad de proteger los derechos humanos en un entorno de producción, y organizaciones como Rainforest Alliance deben desempeñar un importante papel de convocatoria. Nuestro enfoque estratégico para la transformación de la sustentabilidad, incluyendo la certificación, los programas de capacitación bien diseñados, el paisaje y las iniciativas comunitarias; así como abogar con empresas y gobiernos, son herramientas valiosas para promover los derechos humanos dentro de los paisajes de producción donde trabajamos.